domingo, 12 de octubre de 2014

Hola, me gustaría saber que se encuentran bien. El día domingo es, por lo general, de descanso; aunque en muchas ocasiones es el más ajetreado debido a que junta todos los pendientes personales de la semana con la tendencia universal de reunirse. 

Por mi parte, frente a la extraña costumbre que tengo de despertar temprano (me refiero a lo poco grato que resulta en domingo) me he puesto como meta publicar algo en el blog.

Quizás, cuando aparezca sea bastante tarde. Y es que desde un tiempo a esta parte me he vuelto indecisa con respecto a lo que escribo. No sé la razón exacta, pero me cuesta avanzar en los relatos que tengo pendientes; y corregirlos cada vez que los leo no es el mejor de los aportes a la causa.

Bien, alejando las excusas, deseo contarles que una curiosa idea me rondaba, puede ser de lo menos original, pero ha contribuido a que mi cabeza se despeje (por lo menos la primera vez que la llevé a cabo).

Para alguien que escribe, la vida, sería nada si no lee; y mucho menos si la afición de hacerlo nace del simple y maravilloso acto de tomar un libro. En lo particular, debo decir que conmigo sucedió así, aunque en un principio no me diese cuenta y atribuí a otras causas mi deseo. No leer es empobrecerse. Después de todo (leer) es el mejor camino para mejorar.



Tomar la decisión de crear un espacio donde compartir la impresión que algunos libros han dejado en mí no fue fácil. Apartar el miedo a los errores que pudiera cometer al transitar un camino complejo me llevaron a dudar; sin embargo, quiero arriesgarme y probar.


LETRAS IMPRESAS, es el nombre que ha tomado el recurso que, en cierta medida, me permite seguir soñando.

Alejada la intención de restarle importancia a lo declarado, quiero dejar extendida la invitación para la siguiente entrada con la que se iniciará esta sección. Les adelanto que se trata un autor chileno.

Como sea del gusto de cada quien, nos vemos o leemos mañana.

Saludos.

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